Desde la ORGANIZACIÓN DE CONSUMIDORES Y USUARIOS (OCU) se han analizado si los consumidores están dispuestos a pagar un sobrecoste por un pollo o huevos alimentados con piensos más sostenibles.

Este estudio forma parte del Proyecto “Sustainavility” 2023 (Estudio y evaluación del impacto de prácticas sostenibles y herramientas digitales sobre los sistemas de producción avícola integrando la perspectiva del consumidor y su propensión a pagar por ellas),siendo diseñada y programada por el Departamento de Encuestas Estadísticas de OCU (SSD) y es una actuación cofinanciada por la Unión Europea.

La encuesta ha estado abierta desde el 16 hasta el 22 de mayo, mediante entrevistas online a una muestra de la población española entre 25 y 69 años distribuida según cuotas de sexo, grupo de edad y Comunidad Autónoma. Ha sido contestada por 2.013 individuos.

La encuesta aborda tres aspectos principales; el consumo de carne de pollo, el consumo de huevos de gallinas y la sostenibilidad en la producción de huevos y pollos.

CONSUMO DE CARNE DE POLLO

El 92% de los españoles entre 25 y 69 años consume carne de pollo al menos una vez a la semana.

A medida que aumenta la edad disminuye el consumo de carne de pollo. El 10% de los de 55-69 años nunca comen pollo o lo hacen rara vez (menos de una vez a la semana).

La principal razón para no consumir nunca carne de pollo es el vegetarianismo. El 48% de quienes no consumen pollo dicen no hacerlo por no comer animales, el 27% por considerarlo inseguro o no saludable mientras que el 21% porque no les gusta su sabor.

A la mayoría de los españoles les gusta la carne de pollo, le otorgan una valoración media de 8,0 en una escala de 1 a 10.

Entre quienes conocen qué tipo de carne de pollo suelen comprar, el 51% suele hacerlo de carne de pollos “normales y corrientes” criados en gallineros. El segundo tipo de carne más comprada es la procedente de pollos camperos, pollos que tienen acceso al aire libre: el 70% la compran en alguna ocasión, aunque, únicamente uno de cada cinco lo hace de manera frecuente.

El 62% de los españoles estarían dispuestos a pagar más en el caso de que fuera posible encontrar en el mercado carne de pollo con la garantía de que procede de pollos alimentados con piensos de producción nacional, mientras que un 37% dicen que únicamente los comprarían si el precio se mantuviese igual. Las mujeres tienen menos predisposición que los hombres para pagar más por ese otro tipo de carne de pollo y lo mismo ocurre con quienes tienen ente 55 y 69 años.

CONSUMO DE HUEVOS DE GALLINA

Prácticamente toda la población entre 25 y 69 años consume huevos, apenas un 1% no lo hace nunca y un 6% lo hacen menos de una vez a la semana. El 7% de quienes tienen entre 25 y 39 años comen huevos a diario.

A la mayoría de los españoles les gusta comer huevos, otorgándole una valoración media de 8,3 en una escala de 1 a 10.

A quienes no les gustan mucho los huevos y lo siguen consumiendo, lo hacen porque son sanos (68%) y porque les gustan a otros miembros de su familia y se consumen en casa (43%). Los hombres frente a las mujeres lo hacen porque son baratos.

El 13% de los entrevistados desconoce o no recuerda el tipo de huevos que compran.

Los huevos procedentes de gallinas camperas (el 89% dice comprarlos en alguna ocasión) y los de gallinas criadas en suelo dentro de aviarios son los más comprados. El 34% no compra nunca huevos de gallinas criadas en jaula.

SOSTENIBILIDAD EN LA PRODUCCIÓN DE HUEVOS Y POLLOS

Respecto al conocimiento acerca de la definición de sostenibilidad en la producción animal, el 96% entendieron que “la sostenibilidad en la producción animal es un concepto medioambiental. Consiste en producir alimentos cuidando los recursos naturales”.

La confianza es muy alta en las etiquetas que certifican el origen de la carne de pollo y el de los huevos.

El Organismo responsable del contenido es el Grupo Operativo Artemis. El Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) financia este proyecto con 594.773,79 € según la resolución de la concesión y la Dirección General de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria (DGDRIFA) es la encargada de su aplicación.